Son malos tiempos para la razón, para el diálogo, y muy buenos para la industria textil del gigante asiático, que está haciendo este agosto que nunca acaba ( va en serio aquello del cambio climático) con la venta de banderas, da igual si con dos tiras rojas o cuatro, depende de zonas.
Las banderas tienen la versatilidad de poder tapar todo tipo de vergüenzas; corrupciones, mentiras, incumplimientos, cinismos… Alimentan los sentimientos más primarios y sacan nuestros genes viscerales más aletargados.
Los chinos y chinas, están haciendo mucha patria con la venta de telas estampadas, y el patriotismo de palabra evita que nos enteremos de las conclusiones de la Gürtel,y de que estamos gobernados por delincuentes peligrosos.
Patriotismo sin complejo, low cost. La patria son colores y sentimientos, y no la razón; Seguramente los extremos más radicalizados en esta crisis territorial sacaran enorme tajada de mover banderas, de alimentar instintos, de crispar y separar a la gente, ya no existe ni Gürtel ni viajes a Andorra de la Sagrada Familia Pujol, y de paso, ya no existe ni Venezuela.
Mucho patriotismo y poca patria ( o si quieres matria, pero en esta sociedad y cultura patriarcal ya se sabe… el género impone nuestro vocabulario).
La patria es allá donde hemos nacido por suerte, mala suerte o azar; la tierra del padre, la patria ( y de la madre, la matria. Realmente tendría más sentido hablar de matria al relacionarlo con el nacimiento, de momento, nacemos de un útero, no de un huevo paterno… bueno, igual me meto en un jardín visualmente poco agradable estéticamente).
El padre,( lo recoge también la religión imperante que nos ha marcado nuestra visión del mundo) , acaba siendo un concepto más amplio y holístico: el padre como el creador, la divinidad . Un padre en la tierra (conocido o no) y uno universal. Madre dicen no hay más que una ( y también tendría más sentido, puestos a hablar de divinidades, que nuestra creadora fuera femenina, pero ya se sabe que las religiones las crearon los varones mientras la hembras estaba en el mundo de lo real, creando vida real).
El patrimonio, es la herencia del padre, ( el matrimonio, depende de si eres de derechas o no , pues las uniones formales de dos personas entre sí). El patrimonio es la herencia de ese supuesto creador (llámale Big Ban, Dios, o virus peligroso). Patrimonio es el mundo que hemos recibido, la vida que nos rodea; lo que queremos dejar a nuestros hijos e hijas (aunque no dejemos descendencia). Patrimonio no son solo casas, hipotecas, un viejo mueble o unas orejas grandes y un tono de piel transmitido en el ADN.
Patrimonio es una tierra, un paisaje, un aire limpio, una lengua, unas palabras, una manera de entender el mundo. Patrimonio es querer que quien herede tu lugar en el mundo, pueda vivir dignamente. La patria es querer la vida, querer cambiarla siempre a mejor, no querer nada malo para tu especial, para tus descendientes.
Hay quien no tiene otra madre ni padre que el dinero; piensa que con un puñado de él puede vivir mejor, que seguramente con los bolsillos llenos aunque sea de manera sucia, sus hijos podrán vivir mejor; aunque el aire que respiren sea tóxico, aunque el alimento que se lleven a la boca se basura, y el agua que beban sea veneno. Hay gente sin patria ni matria, y si patria es querer la vida, esta es gente sin patria, es gente sin corazón; gente que se puede comprar y vender, y que harán lo indecible para conseguir sus fines.
Por ello, pueden venir empresas sin cara ni corazón, ni alma ni rostro; son entidades abstractas de mucho dinero que no conocen patrias, fronteras, territorios ni pequeños paisajes; que pueden comprar o embaucar a políticos que seguramente tendrán muchos metros de banderas pero nada de patria ni matria, y destrozarnos la tierra, el patrimonio, la herencia, el legado, en definitiva, la vida.
Por suerte, siempre hay gente valiente, patriotas de su tierra, de su herencia, de su vida, de su gente, que luchan, que defienden esa herencia que es de todos. Que se plantan ante los que vienen a destrozarnos el pasado, presente y futuro. Gente que planta cara a gigantes sin patria… Y esta gente, no puede estar sola, ha de tener a su lado a los verdaderos patriotas; a quienes quieren a sus abuelos, padres y antepasados que no conocieron, a los que quieren a sus hijos e hijas, nietos y nietas y a los que vendrán que no conocen ni conocerán. Por ello, hay que estar junto a Jesús Cruz Fernández el día 31 a las 11 en Ciudad Rodrigo, darle el apoyo ante la querella presentada por la empresa minera Berkeley; empresas que nos roban el patrimonio y encima nos quieren callados, dóciles y serviles.
Desgraciadamente, el ejemplo de la mina de uranio en Retortillo, lo vivimos en buenas partes del territorio; empresas que compran el alma de alcaldes, concejales, consejeros y demás sinvergüenzas, pero por suerte también tenemos a patriotas que defienden el patrimonio de todos, como Jesús Cruz; esta gente, nunca ha de estar sola.
Gracias, Jesús, por tu lucha, gracias por ser la voz de la gente que queremos la tierra en la que vivimos, aunque luchemos cada día para cambiarla.
Carles Mulet
portavoz de Compromís en el Senado
—