A instancias de la Fundación Franz Weber, dentro de la campaña #VisonesCOVID,hemos registrado esta pregunta escrita dirigida al Gobierno:
Compromís pregunta al Gobierno por los protocolos en las granjas de visones, afectadas por la COVID
PREGUNTA ESCRITA
(Artículo 160 del Reglamento del Senado)
MULET GARCÍA, CARLES (GPIC) D. CARLES MULET GARCÍA, Senador designado por las Corts Valencianes, del GRUPO PARLAMENTARIO IZQUIERDA CONFEDERAL –COMPROMÍS al amparo de lo previsto en los artículos 160 y 169 del Reglamento de la Cámara, presenta la siguiente pregunta con respuesta escrita: PREGUNTA ESCRITA SOBRE GRANJAS DE VISÓN AMERICANO, IMPACTO AMBIENTAL, ANIMAL Y SOBRE LA SALUD PÚBLICA
Tras la constatación de la zoonosis transmitida por visones a trabajadores y vecinos de granjas de visones, los países de la Unión Europea parecen decididos respecto a estas explotaciones: son un foco de infección de COVID-19 y deben cesar sus actividades de inmediato.
Muchos países, como el ya conocido caso de Dinamarca que costó el puesto al Ministro de Ambiente, han decidido exterminar a los visones de inmediato y clausurar las granjas, a las que
en breve entregarán indemnizaciones para que continúen con su actividad una vez acabada la
pandemia, repitiendo el riesgo de transmisión de esta u otras enfermedades. Esta pandemia ha evidenciado la tremendamente dispar actuación de los Gobiernos. Mientras Bulgaria, Polonia y países vecinos como Francia realizan pruebas masivas en las granjas y en las poblaciones cercanas, el caso de España es incluso temerario: El protocolo actual solo determina test si existen sospechas de síntomas, algo peligroso si se tiene en cuenta que los mustélidos, al igual que los seres humanos, pueden ser asintomáticos.
El visón americano ha sido señalado por organizaciones y especialistas en ecología y conservación en múltiples ocasiones por su impacto medioambiental y su efecto nocivo sobre la biodiversidad, desplazando o devorando a especies autóctonas una vez que se ha fugado de las granjas peleteras, circunstancia que se ha acreditado desde la década de los años 60 del Siglo pasado, poco tiempo después de la instalación de la primera granja en España. También las organizaciones de protección animal describen las granjas de visones como “centros de extrema crueldad” debido a la baja regulación y el escaso o nulo control que reciben.
Su impacto, en este nuevo contexto, trasciende del ambiental o del maltrato animal, para convertirse en un vector de transmisión de la Covid-19 constituyendo un riesgo añadido para las poblaciones periféricas y para la lucha contra esta pandemia.
Los países debemos aprovechar esta oportunidad con inteligencia, visión de futuro y pensamiento ecológico, sugiriendo que especifiquen cláusulas de ayuda tras el cierre, siempre y cuando el nuevo emprendimiento sea amable con los animales y tendiente a la transición ecológica.
No se puede obviar como en 2007, en Viver (Castelló), se produjo la fuga de nada menos que 10.000 visones americanos, un grave problema para la biodiversidad local. Dinamarca, por ejemplo, ha notificado la fuga de al menos un centenar de mustélidos infectados de Covid-19, que podrían contagiar a personas.
Por todo ello se pregunta al Gobierno:
¿ ¿Qué montante de fondos públicos estatales (o europeos gestionados por la Administración
General del Estado) han sido empleados en la captura y/o sacrificio de visones americanos fugados o ya establecidos en el periodo 2009-2019 en cada una de las provincias españolas con este tipo de granjas?
¿ ¿Qué montante de fondos públicos estatales (o europeos gestionados por la Administración General del Estado) han sido empleados en programas de conservación del visón europeo en el mismo periodo de tiempo en cada una de las provincias españolas con este tipo de granjas?
¿ ¿En qué consiste el protocolo de bioseguridad y qué grado de efectividad tiene en granjas peleteras?
¿ ¿Va a realizar el Gobierno pruebas masivas en granjas y poblaciones, al igual que ya han
realizado otros países europeos?