La propuesta de veto número 4 ha sido presentada por el senador Mulet, que tiene la palabra para su defensa.
El señor MULET GARCÍA: Gracias. Buenos días, escasos señores y señoras senadoras. Cuesta un poco explicar una propuesta de veto, una alternativa al presupuesto a un Gobierno que no está aquí; ni siquiera está el señor ministro. ¡Con la ilusión que me hacía verle de cerca! (Rumores.— El señor ministro entra en el hemiciclo). ¡Qué bien! He tenido la suerte de poder disfrutar de la presencia del ministro —eso sí, únicamente un ministro del Gobierno—. Me alegro de que acabe de entrar ahora por la puerta (Rumores). Sí, tenía la ilusión de verle de cerca y estoy muy contento. Agradezco su presencia y lamento que no haya nadie más del Gobierno en esta Cámara. Anuncio que Compromís va a dar apoyo total a los demás vetos presentados porque comparte buena parte del argumentario. Intentaré no abusar del tiempo y explicar el porqué de nuestro veto. Compartimos parte del análisis y de los argumentos expuestos. Presentamos nuestro veto porque pensamos que los Presupuestos Generales del Estado para 2016 parten de un desenfoque alarmante de la realidad por parte de un Gobierno que pensamos que no tiene ideas y sus prioridades y compromisos no son los que nosotros creemos que tenían que ser, que son trabajar más por los ciudadanos. En Compromís apostamos por rescatar personas, por la justicia y por la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas por encima de las obligaciones que nos vienen de la Europa del capital y de reformas constitucionales pactadas con nocturnidad y alevosía entre el Partido Popular y el Partido Socialista que ocasionan, año tras año, recortes y precarización. Presumen ustedes, señores del Gobierno, en el libro amarillo de los presupuestos, de que un 40 % de los empleos creados en el último año son indefinidos, de manera que en la actualidad, según sus cálculos, tres de cada cuatro trabajadores cuentan con un contrato indefinido, pero también tendríamos que saber cómo son esos contratos y si estamos hablando simplemente de contratos basura. Pensamos que el problema no son únicamente los millones de parados —que, desgraciadamente, son muchos—, sino tantos y tantos trabajadores con un salario precario que no es que ya no lleguen a final de mes, sino que no llegan ni a poder empezar el mismo. En el Estado español hemos pasado ya, gracias a sus políticas, de parados pobres a trabajadores y trabajadoras pobres. Hablan de la salida de la crisis, de mejoras cuando los sueldos y contratos de trabajo formalizados mantienen salarios indignos y proliferan los ERE; cuando muchas medicinas continúan teniendo que pagarse a tocateja por pacientes con poca capacidad económica o cuando a las familias les cuesta afrontar algo tan básico como el inicio del curso escolar por el coste de los libros de texto. Pensamos que estos Presupuestos Generales del Estado no corrigen estas situaciones y no buscan empleos de calidad con valor añadido, sino precarios; desinvierten en servicios y en bienestar de los administrados. Les pedimos un impulso a la creación de empleo en la economía del Estado español protegiendo a los débiles, ayudando a la cultura rebajándole los impuestos y protegiendo también a los trabajadores de los sectores primarios porque, si no, nos dejarán sin ellos. En estas cuentas no hay un cambio de modelo, simplemente reiteran viejas fórmulas, como si no estuviéramos ante el fin de un modelo económico que esquilma el planeta y también a las personas, como si no urgiera un nuevo modelo de desarrollo económico sostenible. Hemos sufrido —lo recordarán ustedes porque también lo habrán sufrido— el verano más cálido de los que se tiene constancia desde que hay registros, y a pesar de estas muestras tan evidentes y que sabemos que, asesorados por el gran experto, el primo del señor presidente del Gobierno, el cambio climático y el agotamiento de la economía basada en el petróleo y las energías fósiles son ya realidades palpables, a pesar de ello ustedes aplican la mejor táctica que conocen, que es la del avestruz. No vemos ningún tipo de medida en este sentido. Esconden la cabeza bajo la tierra y hacen como si no pasara nada. Con esa falta de sensibilidad nos encontramos sin ninguna propuesta, aunque sea solo para no cumplirla, mientras, al mismo tiempo, castran cualquier opción a los nuevos yacimientos de ocupación de economías del bien común o de nuevas economías verdes. Hay que ser desalmado para intentar privatizar hasta el sol, castigando a la energía solar, porque entendemos que muchos tienen que ganarse el acceso luego a las puertas giratorias. Se olvidan de las familias con miembros en el paro o de las que ya no cobran ningún tipo de ayuda y excluyen a la gente de la sanidad universal. Para nosotros, esto es neoliberalismo frente a justicia. Un informe de Intermón Oxfam sitúa al Estado español como el séptimo más desigual de la Unión Europea. ¿Y qué hacen ustedes frente a ello? Pues absolutamente nada. Unicef —no nosotros, sino Unicef— dice que uno de cada tres niños en el Estado español vive en el umbral de la pobreza ¿Y qué hacen ustedes con estos presupuestos? Pues vemos que absolutamente nada. También entendemos que gobernando desde un plasma es muy difícil ver la realidad de la calle. Si concretamos por territorios, el Estado español es un lastre para muchos valencianos y valencianas, que vemos cómo somos maltratados continuamente, exprimidos y ninguneados por su partido. Muestra del desprecio de su partido hacia los valencianos es que mientras se debatía en el Congreso el Estatuto de Autonomía del País Valencià, el presidente Mariano Rajoy estaba en el bar Manolo haciéndose fotos y firmando autógrafos a sus fans, importándole un bledo lo que los grupos valencianos tratábamos de exponer en el hemiciclo casi vacío, como lo está este ahora. La renta per cápita de los valencianos y valencianas nos sitúa en la posición número 11 entre las comunidades autónomas. Sin embargo, nuestra aportación per cápita al Estado nos sitúa en la posición número 4. El problema de los valencianos y valencianas es grave si miramos la deuda que arrastramos por un problema de infrafinanciación, por tener que hacer frente a servicios que no han estado bien financiados. La deuda acumulada en el País Valencià es de 40 000 millones de euros. Si no se corrige la balanza fiscal, estos miles de millones de euros, por la irresponsabilidad en un trato colonial, expolio y falta de reivindicación, serán un lastre para el futuro de las actuales y próximas generaciones. Y aquí, desgraciadamente, no tenemos cuentas en B que nos saquen de esta situación. Y la situación es extrema no solamente porque de lo que hemos aportado se nos ha devuelto una parte ridícula e insuficiente año tras año, sino porque sus compañeros de partido han robado o han sido cómplices activos o pasivos en estos robos. Señores del Partido Popular, senadores y senadoras, señor Rato, perdón, señor Montoro, ¿recuerdan al señor Rato? ¿Recuerdan a la Gürtel? ¿Recuerdan a Carlos Fabra, aquel que Mariano Rajoy decía que era un ciudadano ejemplar? Bastante buen ejemplar es, sí. ¿Recuerdan a Joaquín Ripoll? ¿A Lola Johnson? ¿Recuerdan ustedes a Rafael Blasco, El Bigotes, a Sonia Castedo y las fotos en pijama con el señor Ortiz? Gracias a ellos los valencianos somos mucho más pobres hoy en día. ¿Recuerdan ustedes a Víctor Campos, el confeti de Ana Mato, o su Jaguar, a Alicia de Miguel, a Angélica Such, a Díaz Alperi, a Ricardo Costa, los bolsos de Louis Vuitton, o las facturas del Ritaleaks, a Juan Cotino, a Vicente Rambla, a Milagrosa Martínez? ¿Recuerdan al topo del Palau de la Generalitat cómo nos explicaba los dispendios, delicatessen y los chorizos de Cantimpalo que se cargaban a las arcas públicas? ¿Recuerdan aeropuertos peatonales y obras de Calatrava? Gracias a ellos somos infinitamente más pobres hoy los valencianos. También recordarán ustedes a Manuel Cervera, a Luis Fernando Cartagena, en la cárcel, a José Luis Olivas, el desmantelamiento de Bancaja y la CAM, a Emarsa, las tarjetas black, o los mil, dos mil, tres mil, dos millons de peles, cuando contaba billetes el señor Alfonso Rus ¿Recuerdan a Francisco Martínez Capdevila? Gracias a ellos somos infinitamente más pobres los valencianos. Recordarán ustedes también a Urdangarín y el caso Nóos, en Valencia, o a indecentes dirigentes políticos borrachos —imagino que solamente de ego— a lomos de un Ferrari, mientras se hacía rico el magnate de la Fórmula 1. Recordarán también —imagino—, señores del Partido Popular, el saqueo perpetrado a las arcas públicas con la visita del Papa a Valencia. Recodarán también a Mónica Lorente, a Hernández Mateo, a David Serra, a Yolanda García, a Luis Bárcenas —o Luis El Cabrón, como ustedes quieran; ¡Luis, sé fuerte!—, a Alfonso Grau y a María José Alcón, los trajes de Francisco Camps, y a Serafín Castellano. Lo voy a dejar aquí porque me quedan veinte minutos y no terminaría la lista. Gracias a ellos, a la connivencia de ustedes y a la complicidad de algunos, los valencianos somos infinitamente más pobres y hemos sido la risa de toda Europa. Ya lo decían cargos del Partido Popular en las instituciones valencianas: «Nos vamos a forrar», en aquellas grabaciones del caso Naseiro. Y se forraron, ¡vaya si se forraron, ustedes o sus amigos! Pero a los valencianos y valencianas nos han arruinado. ¿Y saben qué? A pesar de todo, a pesar de lo mal que nos han financiado, a pesar de todo lo que nos han robado siendo cómplices, hay algo que no han podido robar, que es la dignidad del pueblo valenciano. Por eso, ahora están royendo el polvo de la oposición, porque ustedes, sin gürteles, no pueden ganar elecciones, y esperamos que eso les pase pronto en el resto de España. (Rumores.— Un señor senador del Grupo Parlamentario Popular en el Senado: Ganamos) Sí, ganaron, por eso están ustedes en la oposición hoy. (Rumores). Por eso están ustedes en la oposición hoy. El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio, por favor. El señor MULET GARCÍA: También les informo de que El Mundo —un periódico que no es muy pro Compromís— publica hoy que la UDEF irrumpe en los locales del Ritaleaks para ver las facturas. Eso es lo que está pasando en el País Valencià gracias a que ustedes no tienen gürteles y gracias a que, por fin, ha llegado el aire fresco al País Valencià. Así, por una parte, el sistema de financiación es injusto; y, por otro, están los casos de corrupción, como Gürtel, Bárcenas, Emarsa, Fabra, Brugal, sobresueldos, Cooperación, Nóos, Over Márketing, Terra Mítica, Canal 9, Ivex, Ritaleaks, y todos los que ustedes quieran. En definitiva, el caso Partido Popular ha arruinado al País Valencià, y así han conseguido que el País Valencià pase de ser uno de los motores económicos de España a que ustedes y sus amigos nos hayan arruinado a los y las valencianas. Y tal situación de déficit fiscal ha afectado a la calidad básica de nuestros servicios fundamentales, infraestructuras, bienestar social y competitividad empresarial. Tras esta situación reside el actual sistema de financiación autonómica, que siempre ha otorgado al País Valencià recursos per cápita inferiores a la media y también las menores inversiones y ayudas estatales al territorio valenciano. Los valencianos seguimos contribuyendo vía impuestos mucho más de lo que recibimos. Piensen ustedes que si la caja está vacía y con deudas, ustedes o sus amigos ya no podrán meter las zarpas; aquí no hay caja B. Y por mucho que nos encomendemos a la Virgen del Rocío, no hay solución para esto. Al País Valencià siguen llegando cantidades escasas de partidas como el Fondo de Compensación Interterritorial, que debería conllevar ajustes estructurales y en infraestructuras para ir ayudando e igualando las posibilidades de las zonas pobres. Nuestra comunidad se ha caracterizado históricamente, como reza vergonzosamente el himno regional, por ofrenar noves glòries a Espanya —y de glorias ya les hemos contado unas cuantas ¿no?, las tienen aquí sentadas en el hemiciclo—, hasta el punto de favorecer al enriquecimiento de otros territorios o el enriquecimiento ilícito de algunos de sus amigos, siempre a nuestra costa. Sin embargo, desde hace varias décadas, nosotros estamos necesitando la tan cacareada solidaridad interterritorial, pero allá no llega; allá contribuimos como ricos y no recibimos contrapartidas que otras autonomías sí reciben. Si no recibimos solidaridad de otros territorios como la que damos nosotros, no nos vamos a quitar nunca la deuda acumulada que tenemos. La deuda que ustedes, señores del Partido Popular, han creado para el País Valencià es tan grande que incluso los recién nacidos deben ya cuando nacen 9000 euros; allí no vienen con un pan debajo del brazo sino con una hipoteca. 40 000 millones de euros que no se pueden pagar con este sistema de financiación que tenemos ni hacer frente a los intereses ni a los servicios básicos que se han de cubrir. Una solución que le podríamos dar es que lo pagaran ustedes directamente, empezando por el Partido Popular valenciano, por Zaplana, continuando con Olivas, Camps, Fabra, Blasco, o por el otro Fabra, que ahora reside en Aranjuez, y continuando por el actual Gobierno, que aquí está ausente. La situación es aún peor cuando se comprueban los datos de ejecución presupuestaria puesto que, a la evidente discriminación en inversiones en el País Valencià, en la Ley de presupuestos del Estado español se añade el expreso incumplimiento de los mismos, siendo claro el ejemplo de ello la contraprestación, algo de lo que ya se ha hablado mucho, del corredor mediterráneo; aparece en los presupuestos de 2012, pero luego la ejecución es nula, o se anuncia, se empieza o se paraliza. Esta misma semana se han inaugurado tramos del AVE en otras comunidades autónomas pero el País Valencià continúa sin el corredor mediterráneo. Llevan desde 2012 anunciándolo y continúa siendo una irrealidad. Promesas, promesas y más promesas que muchas veces figuran en los presupuestos pero que luego no se materializan en absoluto. Pensamos que esta situación supone de nuevo un lastre para nuestra economía, tanto por la ausencia de inversiones reales que puedan traducirse de manera inmediata en empleo como por la desventaja que supone contar con unas infraestructuras claramente insuficientes. Hemos hablado del corredor mediterráneo pero podíamos hablar de la A-68, una actuación que figuró en los presupuestos durante muchos años pero que luego nunca se ha materializado. Los proyectos y los estudios técnicos se suceden, las buenas palabras, las promesas, pero las infraestructuras estratégicas para nuestro futuro como la ejecución y la conexión ferroviaria con Zaragoza sigue a niveles propios del siglo XIX, mientras que otras, como las que nos unen con Francia están colapsadas por la falta de inversiones, por no mencionar la deficiente red ferroviaria de Cercanías o la conexión de trenes entre ciudades costeras de gran impacto turístico. Mientras tanto, la única vía rápida que conecta de norte a sur nuestro País Valencià sigue siendo la autopista de peaje. Otra contribución que hacemos los valencianos para sufragar, vía impuestos, el rescate de concesiones ruinosas de otras autopistas del Estado mucho más ricas y mucho mejor financiadas que las nuestras. Incluso actuaciones como el desdoblamiento de la N-340, en su paso por el País Valencià, o no existe o cuando han hecho ustedes actuaciones, como en el caso del Maestrat, uno de los viales más transitados de toda Europa, lo hacen de un solo carril. Lo hacen tarde y mal, porque cuando se inaugure ese vial estará ya en unas condiciones deplorables. Los datos de estas inversiones en los últimos cuatro presupuestos del Estado son los peores de todos y muestran una discriminación que ha sido denunciada reiteradamente por los agentes económicos y la sociedad civil valenciana, y para 2016 vemos que es más de lo mismo. No se realizan las inversiones necesarias en infraestructuras que solventen o minoren el déficit hídrico que ahoga nuestra agricultura o que lastra el desarrollo económico, obligando a las administraciones locales o a los usuarios a asumir cargas insostenibles que se traducen en un endeudamiento cada vez mayor. Gastaron ustedes, o el anterior Gobierno del PSOE, millonadas en desaladoras que ahora nadie quiere, que están allí paradas para promover pelotazos urbanísticos, y nuestros pueblos continúan con serias restricciones de aguas.
Apuestan por el continuismo de quien no tiene proyecto, pero también porque continúa ahogando al País Valencià, al que han expoliado con todos los medios posibles, y confiamos en que quien tenga que hacerse cargo del próximo Gobierno a partir del 2016 —que esperamos que no sea el actual, sino gente más sensible y comprometida— tenga un pequeño margen para poder corregirlos. Aun así, las cuentas para 2016 son más que una declaración de intenciones, toda una ofensa para territorios como el valenciano. Los 5 millones de valencianos y valencianas no queremos ser ciudadanos de segunda ni ser tratados de forma diferente al resto de españoles, queremos justicia e igualdad en el trato. No queremos caer en la cultura del suicidio, a la que estaremos abocados si el actual estatus quo no cambia. Queremos seguir contribuyendo al bienestar general, queremos ser solidarios, crecer y crear riqueza, y por eso exigimos que no nos pongan más obstáculos a nuestro paso. Los Presupuestos Generales del Estado para 2016 han de establecer una inversión para todo el País Valencià que suponga al menos el 12 % del total, dado nuestro peso poblacional, y que además corrija la financiación que hemos tenido durante estos años, cifrada en unos 1700 millones de euros. Por todos estos motivos, solicitamos la devolución de este Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para su reformulación por otros que dediquen más recursos a incentivar la economía y a rescatar personas y que sean justos con el País Valencià. Muchas gracias. El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Mulet