Miércoles 8 de noviembre. Son las 9:05 minutos, el Senado ha recobrado de nuevo la placidez y letargo a la cual está acostumbrado después de la semana trágica del 155. Hoy ya no hay ministros que hayan de atender a la sesión de control, eso fue ayer.

Ni cámaras, ni periodistas, ni publico… ni señorías. El senador de Unidos Podemos, Iñaki  Bernal espera junto a la tribuna a que el presidente del Senado, Pío García Escudero, le dé la palabra y pueda intervenir para defender su moción sobre estabilidad del empleo y los salarios ( en este pleno, como en tantos, la función legislativa brilla por su ausencia, dos días invertidos en debatir  mociones que no tienen carácter vinculante aunque pasen el filtro de la mayoría del PP, mayoría absolutísima a pesar de no superar el 33% de los votos).

De normal, las sesiones de los miércoles empiezan con puntualidad a las 9:00 de la mañana, y con la cámara con menos de una cuarta parte de sus miembros. Este miércoles, García Escudero se apiada de Bernal y suspende el inicio del pleno para que el senador navarro no esté de plantón esperando y pueda sentarse en su escaño.

Casi 10 minutos de retraso por qué no hay prácticamente nadie; nadie de Ciudadadnos, prácticamente  nadie del PP,  del PSOE, ni incluso de Podemos para hacerle compañía a su senador, nadie prácticamente del mixto, de ERC ( que no acudió al pleno por estar en huelga), ni del PDcat.

El senador de Compromís, Carles Mulet, graba en directo el vergonzoso momento y transmite desde su perfil de Facebook el instante  y recibe al instante numerosos comentaros de indignación. Con los días el video se ha vuelto viral y ha vuelto a poner en la picota el denostado Senado , y a los senadores;  los cuales únicamente tienen dos plenos al mes por norma general, y únicamente dos miércoles al mes han de llegar a su sitio de trabajo a las 9:00 ( el martes empieza a las 16:00), “magrudar” no es buen ejercicio

Minutos después empieza el pleno con el aforo casi vacío, y poco a poco, sin prisas ni inmutarse, durante la más de una hora que dura el debate van accediendo sus señorías al escaño, para hablar con el resto de los senadores, mirar los teléfonos u ordenadores portátiles y pasar plácidamente la fría jornada en el calorcito del hemiciclo, esperando el momento de votar no, dónde ya les avisará la campana que hay que volver de la cafetería, de los pasillos, o de los despachos a votar, y sin preocuparse, ya les dirá el apuntado de turno a grito pelado qué toca votar en este punto.

El vídeo: https://youtu.be/TzokkAx1Pjo